Tras un periodo de descanso relativo, volvemos a la carga con un segundo trabajo relacionado, una vez más, con el filósofo griego Platón. Como sabéis, en la entrada anterior, se han conocido sus influencias filosoficas, pues bien, ahora es el momento de empezar a hurgar en su propia filosofía, por lo que, para ello, realizaremos una actividad relacionada con la cumbre de este curso: la PAU. Las instrucciones detalladas sobre dicha actividad, las podéis encontrar en el blog de nuestra profesora Ana Estela i Gallach: http://filosoart.blogspot.com/2009/10/activitat-actualitzem-plato.html. Nuestro grupo ha elegido la tercera opción: Relacionar a Platón con algún problema contemporáneo de tipo político, religioso, social, científico, humano,etc. En las siguientes líneas os exponemos nuestra respuesta:
Después de estudiar las diferentes influencias filosóficas de Platón, es hora de centrarse en su propia filosofía. Para ello, empezaremos por el estudio de "El Mito de la Caverna", que se encuentra, en la obra “La República”, concretamente en el libro VII, capítulos I-III. Esta alegoría nos transmite mediante una serie de metáforas, la distinción entre el mundo sensible e inteligible. Además representa, la educación en un ambiente cerrado sin estímulo alguno.
En el Mito de la Caverna, el mundo sensible, está formado por unos prisioneros encadenados y obligados desde que nacieron a mirar únicamente hacia una pared, en la cual, se reflejan las sombras de una serie de objetos cargados por porteadores. Además, dichos objetos se alzan por encima de un muro, paralelo al camino por el que pasan sus transportadores, y detrás de ellos, hay una hoguera que emite las sombras de los objetos hacia la pared.
En el Mito de la Caverna, el mundo sensible, está formado por unos prisioneros encadenados y obligados desde que nacieron a mirar únicamente hacia una pared, en la cual, se reflejan las sombras de una serie de objetos cargados por porteadores. Además, dichos objetos se alzan por encima de un muro, paralelo al camino por el que pasan sus transportadores, y detrás de ellos, hay una hoguera que emite las sombras de los objetos hacia la pared.
Por otra parte, el mundo inteligible, por el cual se accede mediante una cuesta escarpada, que lleva hasta la superficie, está compuesto por el Sol así como su intensa luz, las estrellas, el cielo y otros objetos reflejados en el agua.
Parece un bonito relato, pero, además de ello, se ha de analizar y saber interpretar lo que realmente quiere enseñarnos. A día de hoy, nuestro planeta dispone de una riqueza religiosa amplia, cada una con sus tradiciones y creencias. Centrémonos en una de ellas: el Islam.
Parece un bonito relato, pero, además de ello, se ha de analizar y saber interpretar lo que realmente quiere enseñarnos. A día de hoy, nuestro planeta dispone de una riqueza religiosa amplia, cada una con sus tradiciones y creencias. Centrémonos en una de ellas: el Islam.
Esta religión, se basa en una serie de costumbres, recogidas en el Corán, libro sagrado de este dogma. Sin embargo, una de estas prácticas, tiene como consecuencia unas severas normas para la mujer.
Ellas viven en una continua ignorancia respecto a la realidad, es decir, son las prisioneras de su sociedad. Desde pequeñas se ven obligas a llevar a cabo las creencias que les imponen sus propias madres, a su vez, también prisioneras.
La causa la encontramos en que los hombres (porteadores), son educados desde pequeños (las mujeres no pueden acceder a la educación) mediante el Corán y con ello, les mentalizan desde edad muy temprana que las mujeres deben ser vistas como inferiores a ellos, impidiéndoles también ampliar su fuente de información (medios de comunicación con otros países). Como consecuencia, las mujeres sufren estas prácticas, a pesar que no sean conscientes de ello, ya que se les muestra como “lo verdaderamente correcto” que la mujer únicamente debe vestir con aquellas prendas que no dejen ninguna extremidad al descubierto e incluso llegando a tapar su rostro, que su única utilidad en la vida es criar a sus hijos, realizar las tareas de casa y respetar y servir a los hombres, (sombras), sin opción a nada más.
Algunas de ellas, mayoritariamente, jóvenes que han tenido la suerte de poder estudiar, viajan al exterior de su “caverna” y es cuando descubren distintas costumbres “dañinas”, libros y películas considerados “obscenos”, personas “infieles” a su religión (miran al cielo y las estrellas. Sin embargo, en un inicio, todo lo descubierto le resulta difícil de entender y algo extraño (el Sol daña sus ojos), pero finalmente, aceptara y aprenderá esas ideas, por lo que preferirá vivir en este nuevo mundo antes que en el anterior (sombras y tinieblas).
Algunas de ellas, mayoritariamente, jóvenes que han tenido la suerte de poder estudiar, viajan al exterior de su “caverna” y es cuando descubren distintas costumbres “dañinas”, libros y películas considerados “obscenos”, personas “infieles” a su religión (miran al cielo y las estrellas. Sin embargo, en un inicio, todo lo descubierto le resulta difícil de entender y algo extraño (el Sol daña sus ojos), pero finalmente, aceptara y aprenderá esas ideas, por lo que preferirá vivir en este nuevo mundo antes que en el anterior (sombras y tinieblas).
Una vez sucede esto, cuando vuelve a su lugar de origen e intenta hacer comprender a sus amigas, madres o hermanas que la situación en la que viven es completamente diferente a la de otras mujeres, correrá el riesgo de que sea castigada duramente mediante la lapidación o la muerte directa, ya que el resto de mujeres (prisioneros) no están dispuestas a cambiar sus ideas.
A partir de las líneas anteriores podemos concluir que muchas de las religiones actuales piensan que seguimos viviendo en la Edad Media, ya que, por ejemplo el Islam, no ha cambiado en absoluto sus ideas y continúa realizando las mismas costumbres que tanto daño hace a la mujer. Esto conlleva a que muchos de ellos se conviertan en fanáticos y que estas sean víctimas del fanatismo, llegando a sufrir fuertes ataques e incluso la muerte misma, cosa que actualmente se clasifica como delito.
"El fanatismo es a la religión lo que la hipocresía es a la virtud".
"El fanatismo es a la religión lo que la hipocresía es a la virtud".