lunes, 14 de diciembre de 2009

TEXTO HISTÓRICO


TEXTO HISTÓRICO

Aquí tenemos el texto original de la declaración de la independencia de los Estados Americanos que se compone de 5 partes la Introducción, el Preámbulo, la Acusación de Jorge III, la Denuncia de los británicos, y la Conclusión.


A continuación aparecen los dos primeros fragmentos del texto y de que habla en cada uno de ellos:

Introducción
Afirma que la gente tiene la habilidad de asumir la independencia política según la Ley Natural. Admite que el motivo de independencia tiene que ser razonable, y por eso, tiene que ser explicado.
En CONGRESO, 4 de julio de 1776.

La Declaración unánime de los trece Estados unidos de América

Cuando en el curso de los acontecimientos humanos se hace necesario para un pueblo disolver los vínculos políticos que lo han ligado a otro, y tomar entre las naciones de la tierra el puesto separado e igual al que las leyes de la naturaleza y del Dios de esa naturaleza le dan derecho, un justo respeto al juicio de la Humanidad exige que declare las causas que lo impulsan a la separación.

Preámbulo
Resume la filosofía general de gobierno que justifica una revolución cuando el gobierno hace daño a los derechos naturales. En el preámbulo se reconocen el derecho a la Vida, a la Libertad y a la Felicidad: es el primer documento histórico en el que se reconocen los derechos humanos más fundamentales.
Sostenemos como evidentes por sí mismas dichas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la Vida, la Libertad y la búsqueda de la Felicidad. Que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se haga destructora de estos principios, el pueblo tiene el derecho a reformarla, o abolirla, e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a organizar sus poderes en la forma que a su juicio ofrecerá las mayores probabilidades de alcanzar su seguridad y felicidad. La prudencia, claro está, aconsejará que no se cambie por motivos leves y transitorios gobiernos de antiguo establecidos; y, en efecto, toda la experiencia ha demostrado que la humanidad está más dispuesta a padecer, mientras los males sean tolerables, que a hacerse justicia aboliendo las formas a que está acostumbrada. Pero cuando una larga serie de abusos y usurpaciones, dirigida invariablemente al mismo objetivo, evidencia el designio de someter al pueblo a un despotismo absoluto, es su derecho, es su deber, derrocar ese gobierno y proveer de nuevas salvaguardas para su futura seguridad y su felicidad.


DOCUMENTO Y ILUSTRACIONES


En el cuadro aparece Betsy Ross, la mujer que cosió la primera bandera en Pensilvania en 1776.
La independencia de las colonias norteamericanas fue un duro golpe para el imperio británico, y causo un crisis en el imperio ingles









Pintura que refleja la contienda en la Guerra de la Independencia Americana.




PRESENTACIÓN DEL BLOG DE HISTORIA

Hola.

A partir de ahora en este blog también vamos a trabajar la asignatura de historia. Nuestro grupo se compone de: Laura Sevilla, Tamara Simarro y Laura Navarro.
Vamos a trabajar sobre la Independencia de las colonias de América del Norte.

Esperamos hacerlo bien y que os guste

Un saludo.

LTL

viernes, 4 de diciembre de 2009

Presentación

¡Hola a todos! :)

Para empezar a presentarnos vamos a deciros que este Blog esta lo hemos creado unas alumnas que cursamos 1º de Bachiller en Florida Secundaria de Catarroja, en Valencia, que tenemos entre 16 y 17 años y nos llamamos Jéssica Jiménez, Laura Sevilla y Laura Navarro.
Utilizaremos este Blog para presentar un trabajo de Filosofía acerca de la Ética comunicativa o de dialogo. Para hacerlo más sencillo nos hemos repartido el trabajo de la siguiente forma:

- Jéssica Jiménez será la documentalista, se encargará de realizar todos los textos que publiquemos en el Blog.
- Laura Sevilla será la especialista en producción de audiovisual, es la encargada de buscar todas las fotos y demás archivos audiovisuales que publiquemos.
- Laura Navarro será la diseñadora gráfica y la experta en informática, que se encargará de que el Bloc tenga buen aspecto y todo este en orden.

Por último, y no por ello menos importante, os dejamos el documento para que por vosotros mismos sepais las pautas de este trabajo:



Esperemos que sea de vuestro gusto y que sepais valorar nuestro trabajo.
Un saludo y un fuerte abrazo para los Bloggers.
| LJL |

jueves, 3 de diciembre de 2009

Habermas, Apel, Cortina y la ética de diálogo

Como ya dijimos en la anterior entrada, este Blog tratará distintos temas acerca de la ética de diálogo. En este nuevo espacio dedicaremos unas líneas para los principales Autores de nuestro trabajo. Ellos son: Jürgen Habermas, Otto Apel y Adela Cortina:




-     Jürgen Habermas nació en Dusseldorf, Alemania, el 1929. Sociólogo y filósofo representante de la llamada "segunda generación" en la Escuela de Frankfurt. Trabajó en el Instituto de Investigación Social de Frankfurt entre 1955 y 1959 y entre 1971 y 1980 fue director del Instituto Max Planck de Starbeng.

Su obra filosófica trata de recuperar un punto de contacto entre teoría y praxis (contrario a teoría) frente a la neutralidad de los saberes positivos y científicos. Según él, no es posible una objetividad ajena a valores e intereses, razón por la cual aquellos saberes resultan reductores, en la medida en que se basan en una razón meramente instrumental. El resultado, de acuerdo con su crítica, es la creciente burocratización (Aumento de las funciones administrativas) de la sociedad a todos los niveles y la despolitización (Eliminación del carácter político) a los ciudadanos.
Habermas propone una «razón comunicativa», cuyo fundamento sería el carácter intersubjetivo y consensual de todo saber, y que devolvería a la sociedad el control crítico y la orientación consciente de fines y valores respecto de sus propios procesos.
-     Otto Apel también nació en Dusseldorf, Alemania pero en 1922 y también fue un representante de la llamada “Segunda Generación”. Estudió en la Universidad de Berlín, donde se doctoró en filosofía en 1950. Comenzó como lector de la Universidad de Maguncia, y más tarde ocupó cátedra de filosofía en las universidades de Kiel, Saarbrücken y Francfort, donde pasó a la condición de profesor emérito. Fue visitante en numerosos centros académicos europeos y americanos.

Durante la segunda mitad del siglo XX es influido por los pensamientos de Kant, Pierce y Gadamer, sus reflexiones adquirieron un mayor reconocimiento en los campos de la filosofía, mediante una ‘pragmática trascendental’ que toma de Peirce.Apel hace referencia a una ética de la comunicación, basada en las competencias lingüísticas, como trazadoras guiadas por la razón, que dan lógica al comportamiento social.
Y distingue tres paradigmas o planos en su recorrido por el conocimiento y la reflexión filosófica. El previo a Kant, orientado por la metafísica ontológica; el de la filosofía del sujeto, que ilustran entre otros Descartes, Kant y Husserl, y, por último, el que nace del ‘giro lingüístico’, que describe como semiótica trascendental o pragmática trascendental, en el que se instala su pensamiento.
-     Adela Cortina nació en Valencia, España. Estudio filosofía y letras en la Universidad de Valencia e ingresó en 1969 en el departamento de metafísica. Una beca le permitió frecuentar la Universidad de Múnich, donde entró en contacto con la filosofía de Jürgen Habermas y Karl-Otto Apel.
Al volver a España orientó sus intereses a la ética. En 1981 ingresó en el departamento de filosofía práctica en la Universidad de Valencia, y en 1986 obtiene la Cátedra de Filosofía Moral.

Su obra “Ética de la razón cordial” ha sido ganadora del Premio Internacional de Ensayos Jovellanos. Y ha sido nombrada Miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, siendo la primera mujer en formar parte de esta institución y la investidura como Doctora Honoris Causa por la Universidad Jaume I de Castellón.
Esta filósofa escribe dentro del procedimentalismo y la ética discursiva y presenta como marco teórico fundamentalmente a Kant, Hegel, Habermas y Apel. Sostiene junto a estos dos últimos la racionalidad del ámbito práctico, el carácter necesariamente universalista de la ética, la diferenciación entre los justo y lo bueno, la presentación de un procedimiento legitimador de las normas y la fundamentación de la universalización de las normas correctas mediante el diálogo. Desde su punto de vista, el derecho a la igual participación no puede atribuirse sin más a la racionalidad, esto quiere decir que en la ética discursiva se descubre la conciencia moral de una época determinada y por lo tanto la razón es histórica y por eso se han de tener en cuenta las circunstancias históricas y culturales cuando se inicia el discurso, y no sólo las puramente racionales.
Y esto es todo lo que sabemos acerca de nuestros filósofos Habermas, Apel y Cortina. Hemos añadido a Adela Cortinas por que proximamente añadiremos un texto de ella.
Muchos saludos.
| LJL |

miércoles, 2 de diciembre de 2009

La ética comunicativa


¡Hola de nuevo!  

Después de saber un poco acerca de quién ideó, o quien formuló esta ética... Tal vez ahora sea el momento exacto para hablar sobre ella:   

La ética comunicativa o dialógica, ha sido desarrollada en las últimas décadas del siglo XX sobre todo por Apel y Habermas en Alemania. Es una ética formal, basada en él dialogo y la comunicación. Estos autores preocupados por la justificación y la fundamentación de la ética en una sociedad pluralista y demócrata como lo actual, colocan el énfasis en el procedimiento para llegar entre todos a una normativa moral universal.


Según ellos, él diálogo es el único medio que nos queda para saber si los intereses subjetivos puede convertirse en normas universales. Esta ética se fundamenta en la autonomía de la persona, que confiere al hombre el carácter de autolegislador, y en la igualdad de todas las personas que les da derecho a buscar una normativa universal mediante el diálogo.

Para hacer posible la ética dialógica, todos los miembros de la comunidad se deben reconocer con igual correspondencia como interlocutores con los mismos derechos y se debe obligar a seguir las normas básicas de la argumentación. 

Para esta ética no es la razón autónoma del sujeto la que desde su autor reflexión consciente, reconoce el imperativo moral que debe cumplir. El imperativo está inscrito en el propio lenguaje que utilizan los sujetos para comunicarse.

Cuando nos comunicamos sin interés estratégico estamos respetando unas normas:
a)      Todos tenemos el mismo derecho a hablar.
b)      La misma posibilidad de información sobre los temas a tratar.
c)       Los argumentos que utilizamos tienen pretensión de ser válidos universalmente, es decir, los roles son intercambiables.  


Estas normas son las que permiten determinar la validez moral o no de una acción. La norma moral surgirá del diálogo entre iguales, llamado medicación consensual argumentativa, un diálogo donde se respetan los tres principios antes expuestos.  Serán normas intersubjetivas, producto de un diálogo en el que pueden participar todos los afectados, pues,  en tanto que personas con capacidad lingüística, son capaces de expresar y defender las propuestas.  

Más importante que el resultado del diálogo es el diálogo mismo, ya que mientras dialogamos respetando las condiciones del uso comunicativo del  lenguaje, ya estamos respetando la autonomía y la dignidad de cualquier ser humano.  


Las normas son morales si:
a)      Principio de universalización: la norma es fruto de un consenso acordado por todos los individuos afectados.
b)      Principio de la ética del discurso: sólo tienen validez las normas que son aceptadas por el procedimiento de la mediación consensual argumentativa.  


Esperamos que el texto os resulte fácil de comprender y que os sirva de ayuda.
Muchos saludos.


| LJL |

martes, 1 de diciembre de 2009

Texto de Adela Cortinas



Adela Cortina - España 

La pequeña simia

Si yo fuera una pequeña simia, estaría francamente molesta. ¿A qué cuento viene defender un "Proyecto Gran Simio", excluyendo a las simias y a los pequeños simios? ¿Por qué esa doble discriminación?
Dejar fuera al sexo femenino ya es habitual, claro, pero no por eso menos inaceptable. Se me dirá: pero es que el rótulo es traducción del inglés (Great Ape Project), y en ese idioma los adjetivos no se modulan con géneros gramaticales. Más a mi favor. Traducir no es copiar de forma servil, y un buen traductor vierte el original al nuevo idioma, haciéndolo accesible a sus hablantes. Así pues, en principio: simio y simia, o viceversa.

Pero después la cosa se complica: ¿por qué grandes y no pequeños y pequeñas? No se entiende. En lo que se me alcanza, una de las razones fundamentales para la defensa de los animales es evitar caer en el "especieísmo" o "especismo", término acuñado por Richard Ryder en un escrito sobre los experimentos con animales, que se utiliza ya habitualmente para criticar la posición de quienes justifican dar preferencia a los seres humanos por pertenecer a la especie Homo sapiens.
Aseguran los críticos del especismo que la naturaleza como tal no privilegia a ninguna especie sobre otra, y en esto llevan razón, como ya decían hace un par de siglos filósofos como Kant. Los terremotos y la erupción de los volcanes -aseguraba Kant con todo acierto- destruyen a todo tipo de seres y no se detienen con respeto ante ninguno de ellos. Son precisamente los hombres quienes aseguran que los miembros de la especie humana tienen derechos a los que corresponden deberes. Y eso -concluye el crítico del especismo, a diferencia de Kant- es una decisión tan arbitraria como podría serlo recurrir a otros límites biológicos, como la raza, y entonces incurriríamos en racismo, o el sexo, lo cual nos llevaría al sexismo. A fin de cuentas -continúa el crítico del especismo-, los seres humanos pertenecen al género "animal" y no se ve por qué es de recibo venerar con mayor entusiasmo a una de las especies que componen ese género, o por qué no se privilegian otras delimitaciones biológicas. Limitarse a la especie es arbitrario y, por tanto, caer en especismo.

Ocurre, sin embargo, que en textos oficiales de nuestro país, en los que se propone adherirse al Proyecto Gran Simio, se alude, como motivos para sumarse al proyecto, a "la cercanía evolutiva y a la vecindad genética que tenemos con nuestros parientes, los grandes simios (secuencia del ADN de los grandes simios)", y al hecho de que compartamos "la inmensa mayoría de nuestro material genético con estos seres", de donde se sigue que son "compañeros genéticos de la humanidad".
Si éstas son las razones, no parece que podamos librarnos del sambenito de especistas, porque lo único que hacemos es seguir privilegiando a nuestra especie y extender el privilegio a aquellos que se nos asemejan, a nuestros parientes. Y sabido es que las gentes no suelen defenderse sólo a sí mismas, sino a ellas y a sus parientes, incluso a sus amigos. Aquellos que demuestren cercanía genética con nosotros, incluidos en el club de los que tienen derechos y son destinatarios de deberes directos. Los demás, ya veremos más adelante. No parece un razonamiento muy contundente, entre otras cosas, porque igual de arbitrario es incluir sólo a la especie humana, que a ésta y a sus allegados. Por eso los animalistas en realidad no deberían estar de acuerdo con este proyecto, ni tampoco los críticos del especismo en general, ni, en particular, los utilitaristas y los que defienden los derechos de los animales por reconocerles un valor interno.

En lo que hace al utilitarismo, verdad es que quien lanzó este proyecto en primera instancia, Peter Singer, es uno de los más destacados defensores de los derechos de los animales. Pero su razón para defen-derlos no puede ser la del parentesco genético, sino una que no privilegia a los grandes simios frente a los demás. Acogiéndose a la bellísima declaración de Jeremy Bentham "la cuestión no es ¿puede razonar?, ¿puede hablar?, sino ¿puede sufrir?", el límite del reconocimiento de derechos se situaría en la capacidad de sufrir.
Ciertamente -asegura el utilitarista-, todos los seres que tienen capacidad de sufrir tienen por lo mismo intereses: el interés en no sufrir y sí disfrutar. Las decisiones deben tomarse, pues, atendiendo a esos intereses, es decir, al mayor bien del mayor número de seres con capacidad de sufrir. Entendiendo por "mayor bien" evitar en el mayor grado posible el sufrimiento y aumentar el placer de dichos seres. Lo cual obliga, claro está, a calcular en cada caso qué puede proporcionar mayor bienestar a la mayoría, qué seres son capaces de sufrimiento mayor y más intenso, y cómo queda la suma del conjunto.

Puede que en ocasiones los simios grandes puedan sufrir más que los pequeñitos. Pero en buen cálculo utilitarista, el sufrimiento de muchos pequeños puede ser superior al de unos pocos grandes, y ésa es una razón contundente para incluirlos en el proyecto. La medida del sufrimiento no es la de la cercanía genética, y cuando se empieza a calcular el número de individuos que sufren y la intensidad relativa de sus sufrimientos, tener en cuenta sólo a unos pocos es absolutamente arbitrario.
En un sentido cercano, un animalista destacado como Tom Regan critica al utilitarismo por entender que los cálculos de mayorías pueden sacrificar a individuos concretos. Por eso propone seguir reconociendo que los seres humanos tienen un valor interno y, por tanto, derechos, pero propone también extender esta consideración a todos aquellos seres que son capaces de experimentar una vida. De ellos habría que decir -piensa Regan- no sólo que tienen intereses, como asegura el utilitarista, sino también que tienen un valor inherente. De donde se sigue que deberían reconocerse derechos a todos ellos, sin necesidad de cálculos del mayor bien que pueden aplastar a los individuos.

Viene a la memoria el discurso de Hermann Daggett The Rights of Animals, pronunciado en 1791 en el Providence College de Yale, asegurando que Dios ha dado a todas las criaturas una esfera en la que desenvolverse y también unos privilegios que pueden llamar suyos, de donde se sigue que hay derechos de los animales tan sagrados como los de los hombres. O más todavía, la figura luminosa de Francisco de Asís reconociendo la fraternidad con la naturaleza toda.

Pero tales recuerdos y el discurso anterior no hacen sino abrir un gran número de preguntas bien difíciles de responder. ¿Dónde poner el límite de los derechos que reclaman justicia? ¿Dónde el de la vulnerabilidad que exige una protección responsable por parte de quien puede ejercerla? ¿En la especie humana? ¿En la capacidad de sufrir? ¿En el género animal? ¿En la naturaleza toda?


Tal vez la solución no consista en extender el discurso de los derechos a todo bicho viviente, sino en potenciar la responsabilidad de quienes pueden proteger a seres que son valiosos y vulnerables y no lo hacen. En este caso, potenciar la responsabilidad de los seres humanos.